lunes, 9 de agosto de 2021

Mar rojo

Con el alma clavada en el infierno y mis lágrimas creando mares, no te puedo sacar de mi cabeza.

Las tormentas  se meten a mi boca y me ahogan con recuerdos irreversibles.


Mi cabeza raramente sale a flote y cada vez que sucede, algo me vuelve a jalar hacia abajo porque no tengo tus manos para jalarme hacia el otro lado.


Atada por desesperación y con el orgullo en el suelo te grito y te ruego, llamo tu nombre, te digo cuanto te amo… pero no apareces .


Y mi garganta se cansa y se quiebra y mis ojos no pueden ver más allá de la neblina que tengo al frente.


En lo único que puedo pensar es en cómo arreglar esto, pero no lo puedo hacer.


Te llevaste lo arreglable y me dejaste rota, sin salida, chiquita.


Aún pienso en las cartas con tu nombre en mi velador,

y en mis últimos momentos solo pienso en dártelas, para ver si así cambias de opinión, botas todo y me abrazas hasta que mis huesos se vuelvan a juntar.


Pero no sucede, y yo muero lentamente arropada de agua que me quema y de a poco me desintegra hasta que no queda nada de mí.


Tú me olvidaste y no volviste nunca por mi. Me dejaste atada en mí más grande pesadilla y encontraste algo más que te haga feliz.


Las olas se llevan mis cenizas, mientras tú descansas,

Cada día estoy más lejos de ti, así como esperabas


lejos de ti, cada vez más lejos de ti,

Sin rumbo navegando,

Lejos de ti,

Pero yo te quiero a ti.