lunes, 27 de mayo de 2019

Huye

Necesito que te vayas junto con todos los dolores que me causas. 

Mi cabeza es una nube fogosa llena de hechos que intenta ignorar, llena de mentiras que intenta creer, llena de verdades que intenta ocultar.


Tres días de palabras y unas horas de presencia bastaron para que vuelvas a mí, a ser mis dolores, a tenerme  de rodillas.


Recién pasan dos lunas llenas y yo ya he sentido más de una docena de dolor por ti. “Me merezco esto” porque yo lo busqué y lo alejo y luego vuelvo para llorar. 


Qué horrible persona, me ahogo en una tapa de emociones y frágil me tumbo a sollozar todas las noches. Las lágrimas son mis cantos de cuna y tu ausencia es el demonio que me aterra encontrar cada noche. Sin embargo, lo llamo por su nombre.


Una escalera que se rompe cada vez que casi llego a la cima y vuelve a aparecer con apariencia nueva y fina. Una y otra vez, caigo de lo alto y vuelvo a subir para caer. Desgraciadamente tus manos me siguen atrapando, desgraciadamente para ti tus hombros me siguen ayudando. 


Huye de mí porque yo no puedo escapar esta espiral en forma de infierno. Los hechos vuelven a suceder y si no escapas esta es la vida que vas a tener.


Mis sentimientos son tan claros como el agua y tan alborotados como el mar. Me llevan y me lastiman, me controlan y arruinan mi vida. 


¿Quién está peor? ¿Tú o yo? ¿Yo que no puedo estar lejos de ti? o ¿Tú que no puedes huir?