Tus manos vuelven a mi cuerpo y tu mirada regresa a mis labios. El trago y la música nos vuelven a acompañar y el deseo aparece por sorpresa una vez más.
Los cristales de tus ojos me distraen y el color de tu piel me acompaña en la sala de tu casa. Se riega un arcoíris y besas mi cuello, cae el trago y te acercas a mi pecho.
Y estuve presente por más de cinco años. Al parecer ambos nunca nos consideramos extraños. Tus recuerdos completan el rompecabezas de mi mente. Nos reímos porque fuimos imprudentes.
El cielo oscurece y yo señalo las estrellas, tú miras con encanto y me besas. Tu gata se acerca y me ronronea, es una señal, con nadie ha sido tan bella.
Me agarras la mano y me preguntas si estoy bien. Yo araño tu espalda y te busco con mi mirada.
La razón no existe cuando dices mi nombre, no tiene sentido la situación, ambos sabemos que somos para los dos. Llegamos aquí otra vez, de manera exquisita, cinco años después.
Regresaste para irte de nuevo. Cada vez que apareces en mi vida te despides con un beso. Ahora miras la luna mientras y yo veo el sol. Yo te imagino estando cerca, tu me buscas de todas maneras.
Tu corazón se vuelve a romper y yo me alejo porque “nunca por la misma mano”. Las primeras dos veces debieron ser suficientes pero nunca nos controlamos.
Mis manos no tocan tu cuerpo, mi mirada ya no está en tus labios. Tus ojos no me ven, mis labios te buscan y no estás,
Ahora,
Otra vez,
Vuelves para desaparecer.